Alemania, un país muy castigado
por diferentes guerras, con una de las historias más interesantes de los
últimos años. Un país fuerte que quiso dominar y vencer y que se vio obligado a
retroceder en sus pasos y quedar humillado. Algo que a día de hoy aún es
latente en la ciudad de Berlín.
Conocida como la capital nazi,
Berlín es un claro ejemplo de todo el sentimiento que Alemania arrastra. Un
lugar donde se respira el profundo rechazo a ciertos aspectos de su pasado,
donde la población no habla de lo que su país se convirtió durante la II Guerra
Mundial y que construye monumentos en honor a todas las personas que murieron a
manos de gente que no representaba a toda la población. Porque si hay algo que
se respira en el ambiente alemán es el profundo respeto, dolor y vergüenza que
aun ellos sienten por lo que fue su pasado. A día de hoy a las nuevas
generaciones les enseñan a sentir lo mismo, a sentirse culpables por algo que
después de todo no lo son, supongo que con la esperanza de que la historia
nunca se repita.
Y es que si hablamos de Berlín,
todo el mundo piensa en Hitler, en el holocausto, en los campos de
concentración y exterminio y en los judíos. Y se olvidan de que fueron
obligados a reconocer mediante el tratado de Versalles que fueron los únicos
culpables de la I Guerra Mundial. Yo no digo que no lo fueran, pero juraría que
en una guerra no solo hay un culpable, si no varios. O que durante la Guerra
Fría fue dividida en dos por un muro, el muro de Berlín, también conocido como
el muro de la Vergüenza. Que quizás ellos ya se sintieron lo suficientemente
mal como para seguir recordándolo y sin embargo lo mantienen. Ese carácter que
los convierten en personas tan respetuosas que no son capaces de hablar de su
historia sin sentir que son tan culpables como los que realmente lo fueron. Que
incluso si se veía por la ciudad alguna bandera de su patria, a esas personas
se las tachaba de fachas. Algo que aún sigue ocurriendo en España. Que hay
lugares en los que las fachadas de los edificios aun siguen teniendo marcas de
balas y donde aun se puede respirar un poco el aire viciado que dejó todo su
pasado en cada rincón…
Pero desde luego y aun así, supieron sacar jugo de
todo y hacer comercio de ello de manera que ahora puedes visitar miles de
museos en honor al pueblo judío, puedes
visitar sus campos de concentración, puedes ver donde ocurrieron las cosas que
desencadenaron las locuras de los líderes que llevaron al país a entrar en
varías guerras y puedes vivir de primera mano toda esa historia, mientras
Alemania se convierte, después de levantar la cabeza y mirar al frente, en una
gran potencia. Y mientras todo eso ocurre, los turistas no tenemos más remedio
que acabar enamorados de ciudades como esta, dejándonos embelesar por su
historia y sus rincones y la personalidad que ahora los caracteriza. Porque si
hay lugares donde poder aprender y perderte en la historia, sin duda Berlín, es
uno de esos.
Palacio Charlottenburg.
Muro de Berlín.
Tacheles.
Yo no sé como lo hago que olvido siempre porque hicieron el muro de Berlín (la historia no se me da muy bien...)
ResponderEliminarporque dividieron el país en dos, un lado soviético y otro socialista...en fin politiqueo del asqueroso vamos
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