When your brain is Game Over. An Erasmus' life.: Amsterdam, Holanda. Primera parte.

viernes, 15 de junio de 2012

Amsterdam, Holanda. Primera parte.


Amsterdam, la ciudad conocida por el consumo ‘legal’ de cannabis y por su Barrio Rojo, siendo estos los motivos más llamativos y atrayentes que hace que la mayoría de su población sea turística. O lo que es lo mismo, que la gente va para fumar y follar, excepto yo, que sólo fui para fo… Que diga, para ver el museo de Van Gogh, la casa de Anne Frank y la casa Rietveld, aunque esta última estaba en Utrecht, un pueblo cercano.  Pero lo interesante es que este viaje lo hice totalmente sola. Al principio pensaba que sería aburrido, pero se me olvidó que estamos hablando de mí y de mi suerte. ¿Cuándo he hecho yo algún viaje en el que no me hayan pasado mil cosas? De hecho, el viaje lo empecé cayéndome en el bus, para variar un poco. Yo ilusa de mi, entré en el bus con mi maleta de mano comprada en el Primark, la puse en el sitio que hay para maletas y me senté sobre ella y cuando llegué a la estación, el señor autobusero cogió una curva de tal manera que la maleta se resbaló hacia delante y yo con ella detrás. Resultado, yo sentada encima de la maleta que estaba tumbada en el suelo...

Y al llegar a la ciudad, conocí dos chicos, Mario y Jose, dos españoles de Valladolid y Madrid respectivamente, recién llegados y que no sabían que hacer, y yo, como buena samaritana con mapa en mano, me ofrecí a acompañarlos, para que no se perdiesen. Y ahí, sin más, me vi con dos desconocidos, dando vueltas por Amsterdam en busca de esas letras gigantes de I AMSTERDAM, para después fotografiarles subiendo y casi matándose al bajar de ellas; para posteriormente acabar con ellos y un grupo de holandeses en un coffeeshop fumando maría y bebiendo cerveza mientras veíamos el partido de Holanda-Alemania. Normal que me haya costado tanto acordarme de sus nombres.

He de reconocer que aunque me hubiera gustado repetir la hazaña, en el segundo día de estancia decidí que debía hacer otro tipo de turismo. Así que, con la resaca y la voz de Manolo el Butanero, por haber pasado frío la noche anterior, me fui a la casa de Anne Frank. Me apasiona mucho todo lo relacionado con el tema de la 2º Guerra Mundial, así que para mí, sólo el hecho de haber pisado el mismo suelo que aquellos ocho judíos que vivieron allí escondidos durante dos años para no ser presos del nazismo hitleriano fue impresionante. Quizás para muchas otras personas sea una tontería, pero sinceramente merece la pena conocer la historia, así que para todos aquellos que no lo hicieron, os recomiendo que os leáis el libro. 

Pero lo que más destacaría de este día, no es ni eso, ni la visita al Museo Van Gogh, que me encantó, si no el momento en el que decidí hacer un tour por la ciudad y conocí a Joaquín, un chico argentino. Por unas circunstancias o por otras, él estaba viendo la ciudad solo y yo, como buena samaritana, decidí que, acompañarle sería mejor que dejarlo solo. Y al final, después de horas hablando y ver que somos idénticos como personas, que congeniamos realmente bien, hizo conmigo lo mejor que podría haber hecho, hacer que me volviese de Holanda siendo un Peso más rica. A cuadros me quedé cuando me regalo un peso argentino. Nunca pensé que iría a Amsterdam para que me regalasen algo así y sé que me acordaré siempre de este chico. No todos los días conoces gente que vive en el otro charco y te regala monedas de su país. Y aunque no pueda parecerlo, me hizo muchísima ilusión; tanta, que aquella noche cené mirando la moneda. Y me pregunto si alguien pensó en ¿por qué un peso y no un beso? Total, de una 'b' a una 'p' sólo hay 15 letras de por medio. Tampoco es tanto, ¿no? Pues lo mismo pensaba yo cuando me fui a la cama aquel día.

Primer día: 














Jose, Mario y yo antes del partido. 


Segundo día: 





Palacio Real

Monumento a los judíos, si no mal recuerdo. 




Lo que bien podría llamarse el primer peaje del mundo, ya que en el los barcos que venían a esta ciudad tenían que pagar los diferentes impuestos que le correspondían. 



La única casa de madera que se conserva en pie desde 1400 más o menos después de que Amsterdam ardiera dos veces. 


Casa Ocupa.


La casa roja es la más estrecha de toda Amsterdam.






Para que veáis, un peso argentino. 



2 comentarios: