When your brain is Game Over. An Erasmus' life.: París. Francia.

viernes, 29 de junio de 2012

París. Francia.


Oh la la París, la ville de l’amour, el rincón favorito de casi todas las parejas, por eso he ido yo, porque me quiero mucho. La verdad es que no es uno de los lugares del mundo que más me llaman la atención, pero había una razón de fuerza mayor para ir, una exposición de obras de Tim Burton. Pese a que estuve tres días dando tumbos por la ciudad, si sólo hubiera ido un día para eso, ya me hubiera merecido la pena. Y es que ha sido una oportunidad única para ver dibujos, figuras de sus personajes o atrezzo variado de sus películas. Por contra no te dejaban hacer fotos, sería una locura, porque lo tendrías que fotografiar todo. Si ya puedes estar tranquilamente cuatro horas allí, ¿cuánto tiempo necesitarías para inmortalizar todo eso, si todo el mundo hace lo mismo? Ahora eso sí, al salir puedes comprar un libro de la exposición en el que no se recoge ni la cuarta parte de todo lo que se expone, con un plus si lo compras en otro idioma distinto al francés. Un timo que se vendía con facilidad.

París, una ciudad que fue reconstruida por el Barón Haussmann, bajo el mandato de Napoleón III, dándole la fisonomía de rectitud y paralelismo que la define, con el fin de convertirla en la ciudad más moderna en aquella época. Sin embargo, hay un barrio, el barrio de Monmartre que es su punto contrapuesto. Allí vivieron grandes pintores como Van Gogh, Picasso, Degas o donde se encuentra el famoso Moulin Rouge…Fue el ‘barrio cuna’ del impresionismo y de la bohemia. El único sitio que no se rige por la estética cuadriculada y de grandes avenidas, predominando las calles estrechas y laberínticas, aún con ese toque bohémico y artístico, donde se respira tranquilidad y sosiego. Y sería si acaso, este barrio, lo único por lo que volvería a París, porque pese a que es un lugar precioso, con mucha cultura, miles de cosas que visitar y con parques kilométricos donde descansar, es una ciudad muy caótica. Es el lugar a donde todo el mundo va.

Y eso se acabó reflejando en mi viaje, porque ha sido el más rápido y agotador de todos, desde el principio al final. Ya en el primer día me hice dos tours seguidos, lo que supuso estar más de 7 horas andando sin parar. Aunque fueron bastante divertidos sobre todo cuando el guía hace que la gente se abrace o acabando uno de ellos en la cafetería de la película de Amélie bebiendo vino con dos mexicanos, Salomón y Daniel, con los que acabe por la noche subiendo a la Torre Eiffel, mientras nos caiga el chaparrón del siglo. Y el segundo día no fue desde luego más tranquilo porque visitar Saint Chapelle, Notre Dame, el museo d’Orsay, el Louvre y el Arco de Triunfo, no es algo en lo que no se gaste energía y más estando en el Louvre. Si yo llego a saber lo agobiante y asfixiante que llega a ser, me lo pienso dos veces antes de entrar y eso sin contar con las horas que te llevas haciendo cola. Y digo sin contar con ellas, porque a mi me coló uno de los trabajadores del lugar, así sin más. Y es que la gente se vuelve loca cuando ven cuadros o esculturas famosas y entre eso y los miles de grupos de asiáticos que hay por allí…Yo salí asqueada de tanto cuadro, tanto marco dorado y casi llorando en plan ‘mamaaaaa’. Lo bueno, es que luego puedes refrescarte un poco en las fuentes que hay en el exterior y relajarte. Y para finalizar la aventura, el tercer día me lo tomé con calma y me fui a la exposición de Tim Burton, pero fue tanta calma que llegué tarde a la estación y perdí el tren de vuelta. La solución fue coger el siguiente tren pero como premio tuve que pagar un plus, y en ese momento es cuando lloré todo lo que no lloré al salir del Louvre.

Personalmente, creo que París es una ciudad que me viene demasiado grande, aunque los ratos que pase con la gente que conocí equilibran mucho la balanza. 


















Monmartre:













El bar de Amélie

 Saint Chapelle:






Notre Dame:








Mueso d'Orsey:









Arco de Triunfo







París de noche:








Dedicado a Tiziana, compañera de albergue que me acompañó en el primer tour y a Salomón y Daniel, los hermanos mexicanos que me regalaron también bastante risas estando sobre la Torre Eiffel.

4 comentarios:

  1. Tengo envidia e.e A mí me gustaría ver la exposición de Burton, pero París no me pilla al lado...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya suele pasar...yo es que si no es por esa exposición igual ni iba a París...

      Eliminar
  2. No me gusta París no se porque le tengo odio jaja, solo salvaría la exposición de Tin burton y la peli de Amelie... la torre eiffel la aria chatarra para salir de la crisis

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se puede ser bestia y luego viene lo tuyo...madre mía del amor hermoso...lo que has soltado...ains...

      Eliminar